21/9/21

Anticoncepción y embarazo en adolescentes | Ciberoteca



Aunque los adolescentes pueden participar en una actividad sexual, muchos adolescentes sexualmente activos no están totalmente informados sobre la anticoncepción, el embarazo y sobre algunas enfermedades de transmisión sexual, incluyendo la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). 


La impulsividad, la falta de planificación y el uso concomitante de drogas y alcohol disminuyen la probabilidad de que los adolescentes empleen el control de la natalidad y la protección de barrera.


Cualquiera de los métodos anticonceptivos de los adultos puede ser utilizado por los adolescentes. Los problemas con los adolescentes y la anticoncepción giran en torno a la constancia. Por ejemplo, muchas niñas adolescentes que están tomando anticonceptivos orales olvidan tomarlos a intervalos regulares o interrumpen su uso por varios motivos, a menudo sin sustituirlos por otro método de control de la natalidad. 


Algunas niñas no se sienten con autoridad para pedir a su pareja masculina que use condón durante la relación sexual. Los muchachos en general prefieren no usar condones.


Dado que la adolescencia es una etapa de transición en la vida, el embarazo puede agregar una tensión emocional significativa. Las niñas embarazadas y sus parejas tienden a abandonar los estudios o la formación para un trabajo, lo que empeora sus problemas económicos, disminuye su autoestima y perjudica las relaciones personales.


Las adolescentes embarazadas, en particular las más jóvenes y las que no reciben atención prenatal, tienen más probabilidades de presentar problemas médicos, tales como anemia y toxemia, que las mujeres de alrededor de 20 años. 


Los niños de madres jóvenes (sobre todo de madres de menos de 15 años de edad) tienen más probabilidades de nacer prematuros y con bajo peso. Sin embargo, con una buena atención médica, las adolescentes mayores no corren mayores riesgos de problemas del embarazo que las adultas en condiciones similares.


El aborto no elimina los problemas psicológicos de un embarazo no deseado, ni para la niña adolescente ni para su pareja. Pueden producirse crisis emocionales ante el diagnóstico del embarazo, cuando se toma la decisión de recurrir al aborto, inmediatamente después de haberse realizado éste, en la fecha en la que hubiera podido nacer el bebé y en los aniversarios de esa fecha. Pueden ser de gran utilidad el asesoramiento familiar y la información sobre métodos anticonceptivos, tanto para la adolescente como para su pareja.


Los padres pueden tener distintas reacciones cuando su hija les dice que está embarazada o cuando su hijo les dice que su novia está embarazada. Las emociones pueden variar desde apatía hasta desilusión y enojo. Es importante que los padres expresen su apoyo y su voluntad de ayudar al adolescente a afrontar las diferentes opciones. 


Es necesario que los padres y los adolescentes se comuniquen abiertamente sobre temas como el aborto, la adopción y la paternidad, pues todas estas opciones son difíciles para que el adolescente las afronte solo.


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