El pan de cada día está asegurado asándolo en casa en horno de leña.
Un día para compartir en familia, nuestro padre Bernabé Carranza preparó unos deliciosos panes de harina.
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El trabajo es extenso y se requiere de varias personas, los están a cargo de calentar el horno, otros ayudando a preparar la masa hasta llegar a este punto.
Cuando el horno está bien caliente, saca el carbón y la ceniza hasta dejarlo limpio, trabaja con cuidado para evitar exceso de calor y alguna quemadura.
Ahora sí introduce las latas con pan, no sin antes un pollito al horno para aprovechar todo el calor.
Un buen pan casero, es el complemento perfecto para cualquier comida, sólo necesitas los ingredientes, utensilios necesarios y la temperatura perfecta.
Utiliza un porta latas para ingresar el pan, cuando completes de llenar toda la base, tapa la boca del horno.
Ten cuidado quemar el pan, cuando la temperatura está alta el proceso de asado el más rápido.
Pasado unos segundos el pan toma un color medio amarillento o naranja; entonces retira las latas siempre con cuidado para evitar derramar los panes y chocar con las talas alternas.
A medida que vas asando el pan, el horno baja la temperatura y por tanto el asado es más lento.
Deja enfriar un poco para luego seleccionarlo y conservarlo en un lugar fresco.
El pollito al horno casi se quema un poco, pero igual su sabor fue agradable.
Hacer pan y asarlo en horno de leña fue un a experiencia divertida, más aun si se hace en casa y con el apoyo familiar.
Para acompañar este pancito preparamos un rico café orgánico y compartimos con todos los invitados.
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